CIUDAD DE MÉXICO 01 de marzo de 2016 (Now Music Radio).- Ayer fue el último día de febrero, pero no fue 28. ¿Sabes por qué?
La Tierra tiene dos movimientos: el de rotación y el de traslación. El primero es el tiempo que tarda el planeta en dar una vuelta completa sobre su propio eje, que en el caso de la Tierra son 24 horas, lo que da como resultado nuestro día completo; el segundo movimiento, la traslación, es el tiempo que tarda el planeta en darle una vuelta completa al Sol, que da origen a nuestro año. La Tierra tarda exactamente 365.2422 días en hacer ese recorrido. Pero, ¿qué pasa con los decimales?
Cada cuatro años, esas 5 horas, 48 minutos y 46 segundos extras que sobran cada año se suman para formar un nuevo día, que se le suma a febrero, el mes más corto de todos. Por lo tanto, cada cuatro años surge un año bisiesto.
Cinco horas en un año puede sonar como algo insignificante, pero imagínate si se multiplicaran 5:48′:46″ por cada año que ha pasado desde que se instauró el calendario occidental en el siglo a fines el siglo XVI. Después de unas pocas décadas, los meses de invierno serían calurosos y el verano sería en los meses donde normalmente ponemos el árbol de Navidad.
De esta forma, tener un año bisiesto nos ayuda a mantenernos sincronizados con los cambios de la naturaleza.
A partir de este 29 de febrero que se presenta cada cuatro años, han surgido varias tradiciones para aprovechar que tenemos un día extra en los años bisiestos. La más popular de todas es que cada 29 de febrero, las mujeres tienen la oportunidad de equilibrar la balanza de los roles y responsabilidades, ya que pueden ser ellas quienes le propongan matrimonio al hombre. Cuenta la historia que en 1288 la reina Margarita de Escocia estableció por decreto real que todo hombre que rehusara la propuesta de parte de una mujer en año bisiesto, tendría que pagar una fuerte multa.
NMR.COM/Valeria Hernández Mojica