NUEVA YORK, 3 de mayo (Now Music Radio).- Como cada año, anoche se llevó a cabo la gala benéfica de la moda del Museo Metropolitano (Met), la cual marca la apertura de la exposición de primavera del recinto, que este año gira en torno a la tecnología bajo el título Manus x Machina: Fashion in an Age of Technologyy y es patrocinada por Apple.
Para poder asistir hay que cubrir una cuota de unos 25 mil dólares, pero incluso pagándolos, es Anna Wintour, la anfitriona y editora de la revista Vogue, la que tiene que dar el visto bueno a los invitados, quienes tenían que vestirse de acuerdo con el tema y eso llevó a Taylor Swift a enfundarse en un vestido que parecía metálico y venido del futuro y calzar unas sandalias que los expertos de Vogue no dudaron en calificar de bondage-like.
Sarah Jessica Parker, protagonista de la exitosa serie Sexo en Nueva York que adoraba los caros zapatos de Manolo Blahnik, evitó los fuegos de artificio de años atrás, y acudió al Met con pelo suelto y unos bombachos blancos con levita.
Los periodistas no pueden seguir lo que ocurre dentro de la gala así que toda la enjundia está en el paso por la alfombra roja.
A las 6:00 de la tarde llegó Anna Wintour, con un vestido de Chanel, color crema, junto a su hija, con un Alexader McQueen de fondo negro, motivos de colores, y algo de cola. Su hijo Charles Shaffer, acudió con su esposa, Elizabeth Cordy.
Selena Gomez y la ganadora del Oscar, Alicia Vikander, lucieron vestidos de Louis Vuitton y la actriz Uma Thurman de Tommy Hilfiger. Entre las señoras apareció el actor Ben Stiller, quien precisamente este año estrenó la segunda parte de “Zoolander”, la comedia que tan bien parodia el mundo de la moda y los top models.
Stiller interpreta en ella a un modelo guapo, estúpido y tierno que pone nombres a sus distintas miradas. Y muchas de las que este lunes se contemplaron a lo largo de la alfombra roja también parecían muy ensayadas.
En la calle, separados por barreras, curiosos y turistas aguantaban horas de pie por ver siquiera un pedazo del espectáculo.
Lady Gaga llegó con algo que cuesta denominar vestido, pues carecía de la parte de la falda, en plateado, que cuadraba bien con la temática de la noche porque simulaba una especie de microchips y estaba diseñado por Versace. Los combinaba con medias de rejilla, subida a unas altísimas plataformas.
Otros de los más esperados en la gala, Kanye West y Kim Kardashian West, aparecieron conjuntadamente de plata, aunque ella con un ceñido vestido y él en pantalones vaqueros, camiseta y cazadora. La vestimenta de Madonna, difícil de resumir, era una mezcla de transparencias, tiras negras y botas altas, obra y gracia de Riccardo Tisci.
Beyoncé, que en 2015 se despachó con un vestido que, como suele decirse, mostraba mucho y no servía para ejercitar demasiado la imaginación, optó esta vez por un látex en color rosado que no logró una opinión consensuada de los seguidores de la gala en Twitter.